¿Pedro estaba loco?
Antes solía actuar como si fuera un puritano, incluso cuando ella se ponía un pequeño top a propósito para tentarlo, él fingía no verlo.
Y ahora, al apoyar su cintura, mostraba deseo en sus ojos.
Bella estaba furiosa y quería apartarlo de ella, pero Pedro pareció percibir su intención y la abrazó más fuerte.
—¿Qué estás haciendo? —se enfadó Bella.
Pedro dijo con calma: —¿La última vez en la fiesta de Grupo Romero, te molestaste porque me fui primero?
La posición en la que se encontraban era demasiado íntima y extraña. Bella retorció la mano de Pedro y dijo: —¡Suéltame!
Pedro aún la abrazaba, —Contesta mi pregunta primero.
Viendo que Pedro no tenía intención de soltarla, Bella frunció el ceño. —No. ¿Puedes soltarme ahora?
El tono de Bella era frío y en sus grandes ojos se podía percibir cierta impaciencia.
Hace un momento, cuando entró a la casa, tenía una sonrisa en su rostro.
Pedro sintió frustración en su corazón y la soltó, diciendo fríamente: —Bella, mírate, tu