Aunque el interior de sus botas estaba mojado, sus manos agrietadas por el frío y su cuerpo tan helado que la dejó sin sentido, lo primero que dijo con una sonrisa fue: "Me alegro de que se encuentre bien".
Deirdre no se atribuyó el mérito, ni expresó sus quejas. Era como si para ella fuera justo y correcto salvarle la vida. Aunque era aún más obediente con Brendan, nunca había mencionado que fue ella quien cargó a la señora Brighthall.
En aquel momento, la señora Brighthall empezó a considerar realmente a Deirdre como su nuera. Durante más de un año, su relación se hizo cada vez más íntima, como si Deirdre fuera su hija y ella se preocupaba más por esta que por Brendan.
Por desgracia, su relación había resultado ser otra.
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Cuando Deirdre terminó de hablar, asintió con la cabeza, indicándole que estaba a punto de abrir la puerta para entrar en la sala.
"Señorita McKinnon...", dijo la señora Brighthall con una voz temblorosa.
Deirdre seguía de pie en el mismo sitio, mientras la