Josey y Tila caminaron hacia el coche. Kenny estaba cerca, listo para abrir la puerta. En ese momento, una voz llamó desde detrás de un árbol.

Josey.

Josey se detuvo. Cuando levantó la cabeza y vio a la persona, sus ojos se abrieron por la sorpresa. Su respiración se cortó mientras tocaba rápidamente el brazo de Tila para moverla un poco hacia un lado y bloquear su vista.

¿Quién es ese?, preguntó Tila, mirando hacia el árbol.

Alguien que conozco, respondió Josey de inmediato. Kenny, lleva a Tila a casa.

Debería quedarme contigo, dijo Kenny con inquietud.

Ve, dijo Josey con un tono firme que no permitía discusión.

Tila dudó, aún mirando por la ventana del coche. ¿Quién es ese hombre, mamá?

Solo vete, Tila, dijo Josey una vez más.

Tila entró al coche pero siguió mirando por la ventana mientras se alejaba. Sus ojos se entrecerraron. Qué está haciendo mi madre con un hombre como ese, pensó, con sospechas creciendo en su interior.

Ahora solo estaban Josey y Kelvin.

Kelvin sonrió con ironía