Era de noche cuando Faye llegó a casa. Cerró la puerta con llave y sacó de su bolso un pequeño estuche de cuero. Dentro había un solo cabello de su padre. Lo miró por un momento, pensativa. Luego, cuidadosamente, sacó uno de sus propios cabellos. Lo colocó en otro pequeño estuche de cuero y escribió en él “Faye”. En el otro escribió “Padre”.
Colocó ambos estuches en una caja y susurró:
Ahora estoy lista para descubrir la verdad.
Más tarde esa noche, Mr. Larkin estaba sentado en la sala cuando Josey entró. Parecía cansada, con su bolso aún colgando del brazo.
—Llegas tarde —dijo con voz calma pero firme.
Josey suspiró.
Tuve mucho que hacer en la galería. Estamos planeando un evento y me quedé para revisar todo.
Los ojos de Mr. Larkin se entrecerraron.
Cánzalo.
Josey parpadeó, sin estar segura de haber oído bien.
¿Cancelar? ¿Pero por qué? Ya hemos gastado…
—¡Dije que lo canceles! —la interrumpió con brusquedad.
Josey frunció el ceño.
—Pero necesitamos este evento. Ayudaría a aumentar la