—Reika, abre la puerta, por favor.— oí la voz cálida de Ayax al otro lado y no tuve otra opción que hacer lo que pedía.
—Hemos notado que había otra lobismuller y el rastro nos ha llevado hasta tu madre.—Max estaba sudando como un cerdo y Duke no podía quitar los ojos de mi madre, todos estaban terriblemente tensos.
—¿No me vas a presentar a tus amigos?— cuando mi madre soltó aquello sentí unas ganas de asesinar como jamás las había experimentado.
Besé la mano de mi abuela y me despedí en gallego.
—¿Ahora quieres hacer de madre?— la miré como si quisiera derretirla y comencé a andar hacia la salida.
Escuché cómo Ayax enviaba a Duke para seguirme mientras ély Max se quedaban.
—Dejadla, debería saber lo que es sentirse abandonada.— tenía años y años de rencor acomulado hacia ella.
—No podemos dejarla, si nosotros hemos notado su presencia no habremos sido los únicos.— daba igual cuanto me