Capítulo 82
Cira se encontraba tan cerca del pecho de esa persona, que parecía poder percibir un aroma tenue, desconocido pero agradable.

Ese olor recordaba a los cipreses en filas del bosque en la mañana, con su frescura húmeda y enigmática, invitando a la exploración.

Cira se quedó atónita durante dos segundos, y luego levantó la cabeza por instinto, intentando ver el rostro del hombre.

Pero en ese preciso momento, sus ojos fueron cubiertos de nuevo con la tela negra. Resultó que el hombre recogió la tela que ella había dejado caer al suelo y la volvió a colocar sobre sus ojos.

El campo visual de Cira fue fugaz, y ahora sólo alcanzaba a ver la barbilla del hombre.

Con eso, sólo pudo reconocer que esa persona no era el Morgan que ella mejor conocía.

—Disculpe, ¿cómo debo dirigirme a usted? —preguntó en voz baja.

El hombre pareció detenerse un momento, sin responder. Después de ajustar la tela negra para ella, tomó su mano.

En ese momento, la presentadora anunció desde el escenario: —¡El tiempo se
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