Morgan estaba en el hospital visitando a Lidia cuando recibió el mensaje de Ramón, respondiendo con un simple Sí.
Justo entonces, una llamada entrante apareció en la parte superior de la pantalla, la miró y la rechazó directamente.
Lidia, que estaba cerca, vio que la llamada era de Keyla.
Con una intención clara y un tono coqueto, comentó: —Hermano, realmente eres malo. Estás aquí conmigo, enviando a otro a ver a la señorita López y aún manteniendo a una señorita Molina en tu teléfono.
Morgan la miró y dijo: —Entonces quédate en el hospital.
Lidia rápidamente agarró el dobladillo de su ropa: —A las mujeres les gustan los hombres malos, cuanto más malo eres, más carisma tienes y más te amo.
Morgan, impaciente, replicó: —No estás herida, ¿para qué quedarte en el hospital?
Lidia, deslizando su vacía página de Whatsapp, respondió con un humor no muy alto: —Pero estoy esperando una llamada que aún no ha llegado. Si está aquí, necesitaré tu ayuda más tarde.
Morgan, molesto, dijo: —También po