Cuando volvimos a la cabaña, intenté descansar en el sofá con Hale. Puso una película antigua y estuve a punto de dejarme llevar por la nostalgia, pero me empezó a rugir el estómago.
Sabía que el marisco siempre me revolvía el estómago. Tal vez no debería haber cogido el pescado. Tenía tan buena pin