Me bajo del carro y sin voltear entro a la casa, cuando cierro puedo escuchar cómo se aleja en su carro e intento tranquilizar mi corazón alborotado por tantas emociones del día.
—Me preguntaba cuanto tiempo tardarías en darte cuenta de que Damon tenía un hermano —la voz de Arturo hace que me gire y mis ojos se clavan en los suyos, quien se encuentra sentado en uno de los sillones largos de la estancia principal, con una media sonrisa y el televisor prendido en algún estúpido programa de televisión en donde los concursantes debían hacer actividades físicas en la playa—. ¡Quita esa cara de papel, Candice! Las redes sociales son los nuevos monstruos del chisme.
—Me lo hubieras contado —giro los ojos y me siento a su lado.
—Quería ver tu cara cuando te enteraras —saca una paleta de uno