Perderemos a la princesa

La agonía que tenía en este momento era poca, la ansiedad. El deseo de hacer cosas inimaginable era de tal forma que no sabía cómo tratarla, más encerrado en este lugar, más al ser como un león enjaulado, mientras que Taegan parecía estar tenso y lleno de lo que parecía enojo, parecía estar frustrado y muy ausente, por esa razón camine hacia él e intente sujetarlo, pero este solo fue más rápido que yo y me observo fijamente, sabía que me atacaría si le daba una razón, sabía que me haría mucho daño, pues yo podía sentir que su lealtad no estaba hacia mí, sabía que su lealtad era hacia mi esposa, hacia Alya, pero algo me decía que estaba igual de ansioso que yo y que si no lograba usarlo estaría perdido, estaba más que en la completa desolación al igual que yo al no tener a su ama cerca.

--Sueltamente carajo… ¿Qué no lo comprendes? Ya desperté imbécil…--Taegan solo me dio una mirada llena de enojo y se encogió de hombros, maldito sea, por los dioses ¿Qué no entendía la orden
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