Samara
Despierto centelleando mis ojos con la luz solar dándome de lleno en mi rostro y cuando media adormilada miro a la punta de la cama, abro los ojos de golpe, al ver a Antonio saboreandome como un manjar. Me siento y pego mí espalda a la punta del cabezal lo más lejos que puedo para consultar-¿Que haces aquí? .-miro a mí alrededor nerviosa y el me dice percibiendo mí inquietud-Tranquila, cielo. Luciano ya se fue a trabajar, tenía un asunto de urguencia, no quería despertarte y mí esposa está de compras.- Entonces, noto que mí suegro tiene el cabello húmedo, como si recién sale de la ducha, solo lleva unos boxer y su bulto está acrecentado ¡Está excitado! Es tan sexi y sigue produciendome ese espiral en mí estómago cada vez que lo veo como la primera vez. ¡No, no! No puede ser, estoy de vuelta enredada en sus encantos.
Me voy a levantar.. pero antes que eso suceda, Antonio en un movimiento que no vi venir, me jala de los tobillos dejándome acostada en la cama debajo de su cuerpo