Durante los dos días siguientes nos dedicamos a todos los detalles necesarios para celebrar nuestro compromiso, todo aquello era similar a los preparativos para una boda, desde la decoración, música y comida hasta un pastel, agotados de tantas diligencias íbamos a la cama al final del día donde después de compartir algunos besos y caricias decidiamos dormir.

Adrian quería esperar hasta después de nuestro compromiso para hacer el amor y eso me causaba cierta ansiedad, pues me engañaria a mi misma si no admitía que lo deseaba pero igual seria llevar nuestra relación a otro nivel, no podía creerlo, iba a casarme con un hombre que apenas conocía, pero lo que más me mortificaba era que sucedería cuando recuperara por completo la memoria y que le menti.

Deje a un lado mis pensamientos y me dediqué a mi tarea, estaba en el cuarto de Verónica preparándome para la celebración y ella estaba especialmente animada, —Qué emoción, todo es muy hermoso.

—Creo que lo que te tiene emocionada es otra