Capítulo 5. Dejar de sentir.

VIOLET

Ya estaba en casa, el doctor había dicho que era recomendable que me quedara más tiempo en el hospital, pero yo no quise aceptar, no que quería que las facturas siguieran ascendiendo, en este momento no tenia una manera de ayudar a mi familia, lo menos que quería era seguir haciendo que perdieran dinero.

— Violet, ¿puedo pasar? — preguntó Steve detrás de la puerta.

— Si.

— Hola, te traje tu postre favorito. — dijo con una enorme sonrisa mientras me entregaba una cajita en la habían donas.

Era muy lindo que él intentara animarme y estaba agradecida por eso, pero en este momento yo me sentía demasiado vacía como para emocionarme por donas, ya nada me importaba.

— Gracias, las comeré luego. — dije y las puse a un lado.

— De nada, ¿quieres salir de aquí y ver televisión conmigo en la sala?

— No gracias, por favor déjame sola. — pedí, no quería abandonar mi habitación ni siquiera por poco tiempo, solo quería quedarme aquí escondida para que nadie me viera.

— Esta bien, si necesitas algo me dices. — dijo él y yo asentí para luego verlo retirarse.

Al quedarme sola de nuevo no pude evitar pensar en Ian, me dolía tanto su traición, es que él había logrado enamorarme desde un inició, el día que lo conocí fue raro y tan perfecto al mismo tiempo.

Era el día de mi cumpleaños y había ido a celebrarlo con dos de mis amigas.

Flashback

— Violet ven a bailar. — gritó Chelsea para que yo pudiera escucharla con todo el ruido del lugar y tomo mi mano para me levantara.

Sin más lo hice y la acompañe a la pista de baile y comenzamos a bailar juntas y pronto Kate se unió, ella había estado ocupada bailando con un chico hace un momento pero al parecer este no le había interesado demasiado como para pasar más tiempo con él.

Así seguimos bailando al ritmo de la música hasta que decido ir al baño y cuando iba llegando siento que alguien toca mi trasero y volteo a mirar a la persona, disgustada.

— ¿Qué te sucede? ¿Cómo te atreves? — pregunté furiosa al ver al hombre frente a mí.

— Nada, si estabas allá moviendo el trasero para que todos te vean, creo que estas buscando que te toquen. — dijo él y de inmediato levante mi brazo para hacerlo callar con una fuerte bofetada.

— Puta, ya vas a ver.— dijo él y levanto su gran mano hacia mí, por lo que entre en pánico y me quede ahí sin moverme, afortunadamente antes de que su mano pudiera llegar a mi rostro, una más grande proveniente de un brazo fuerte la detuvo.

— Ni se te ocurra intentar tocar a la señorita de nuevo. — Advirtió el hermoso hombre tomando su brazo con fuerza, tan alto y musculoso, con unos hermosos ojos marrones, una barba bien recortada enmarcando su precioso rostro, unos labios perfectos y carnosos, parecía de película, bueno era mucho más guapo que cualquier actor que hubiese visto, él era el hombre más guapo que había visto en toda mi vida y de inmediato sentí como mi corazón comenzaba a acelerarse.

— — ¿Tú quien eres? No te metas en lo que no te importa y suéltame. — Resoplo el molesto hombre intentando soltarse del hombre que tenia mi corazón desbocado.

— Resulta que si me interesa y quiero que te disculpes con la señorita. — dijo este mientras doblaba el brazo del otro haciendo soltara un grito.

— Suéltame y me disculpo con ella.

— Quiero que te disculpes así, te diré lo que vas a decir, señorita lamento ser tan idiota como para creer que tenia algún derecho a tocarla, soy realmente un pobre hombre patético que no sabe controlar sus impulsos, espero me pueda disculpar. — dijo él con total seriedad y en ese momento yo no pude contener más mi sonrisa, no solo era atractivo, parecía ser un poco divertido.

Un apuesto príncipe ayudando a una damisela en apuros, eso me parecía a mí que era él en este momento.

— Yo no pienso hacer eso. — se negó el otro hombre molesto.

— ¿Seguro? — Preguntó mientras ejercía más presión sobre su brazo.

— No… señorita de verdad lamento ser tan idiota como para creer que tenia algún derecho a tocarla. — dijo por fin, pero no dijo todas las palabras que se le habían indicado.

— Continúa hablando.

— Soy realmente un pobre hombre patético que no sabe controlar sus impulsos, espero me pueda disculpar. — terminó de decir.

— ¿Lo disculpas? — me preguntó el hombre perfecto.

— No. — dije y me acerque al hombre que él seguía sosteniendo y patee su entrepierna, haciendo que este diera un gran grito.

— ¿Cómo una chica tan linda puede ser tan cruel? — preguntó el hombre perfecto mientras soltaba al otro que cayo al suelo quejándose.

— No soy cruel, se lo merecía, es un abusador. — dije mientras sentía como mis mejillas comenzaban a ruborizarse, esperaba que con la poca iluminación del lugar él no pudiera darse cuenta. — Por cierto, muchas gracias, ya tengo que volver con mis amigas.

— Espera, ¿no me vas a brindar ni un trago para pagar por mi ayuda? — preguntó con una sonrisa coqueta, esa m*****a sonrisa que podía volver loca a cualquiera.

— Esta bien, te puedo brindar un trago para agradecerte, vamos. — Accedí, aunque él no parecía necesitar que alguien pagara algo por él, se veía claramente que tenía muchísimo dinero, desde su forma de vestir hasta la elegancia nata con la que caminaba y se comportaba.

— Perfecto, entonces vamos. — dijo él y los dos nos dirigimos a la barra.

Cuando llegamos y lo escuche pedir una botella de Whisky muy costoso mis ojos casi se salen disparados, yo no tenia tanto dinero, este era un bar exclusivo, pero yo no era una chica rica, solo había venido por que Chelsea nos había conseguido los pases y había aceptado pagar por su trago porque tenía algo de dinero de mi trabajo, podía permitirme pagar uno no tan costoso, pero no una botella de Whisky.

— Disculpa, no puedo pagar por eso, solo accedí a pagar un trago. — le dije un poco molesta, podía ser muy guapo, pero no estaba nada bien que quisiera abusar de esto para hacer que chicas paguen por sus gustos costosos, quizás a otras chicas adineradas no les molestaría, pero yo no tenía el dinero para costear cosas así.

— Tranquila, yo lo pagare, ¿quieres algo? — preguntó y yo negué con la cabeza desconcertada, no entendía porque me había hecho venir hasta la barra si él pagaría lo que iba a tomar.

— Por favor, llévenlo a aquella mesa que están mis amigos. — le indico al bartender después de haberle entregado su tarjeta para que se cobrara. — Por cierto, ¿Cómo te llamas?

— Violet, bueno ya me voy.

— Violet, espera. — dijo él haciendo especial énfasis en mi nombre, como si disfrutara el pronunciarlo o intentando grabarlo en su mente.

— ¿Si?

— Yo no me he presentado, mi nombre es Ian y ya que no pagaste el trago para mí, me gustaría que pudieras bailar conmigo al menos una canción.

Al escuchar su propuesta mi corazón se acelero mucho más y mis nervios me atacaron con más fuerza, y aunque no sabía si era correcto aceptar su propuesta, tenia muy claro que me moría de ganas por hacerlo.

— Esta bien, pero solo una canción. — acepte y él asintió antes tomar mi mano y al tocarnos pude sentir como si una corriente eléctrica viajara por mi cuerpo, era una sensación extraña, pero placentera.

Ya estando en la pista de baile el rodeo mi cintura con una de sus manos y me pego a su cuerpo, su cercanía era fascinante, todo mi cuerpo se sentía extraño y al sentir su mirada clavada en mí, yo también lo mire a los ojos y realmente era muy fácil perderse en ellos al mirarlos.

Fin del flashback.

Desde ese día yo había quedado totalmente enamorada, es que Ian había despertado en mí una atracción demasiado fuerte, en toda mi vida, nunca me había sentido así de atraída hacia ningún hombre, no es que tuviera mucha experiencia porque ni siquiera había besado a nadie más que a Ian, pero si había tenido chicos lindos persiguiéndome.

Lo realmente lamentable es que había terminado enamorándome de la persona equivocada y ahora toda mi vida se venia abajo, me dolía demasiado todo esto y de nuevo volvía a llorar por todo lo sucedido.

Este dolor en mi pecho no se iba con nada, no parecía disminuir y yo solo deseaba dejar de sentir.

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