En la casa de la abuela las personas que le ayudan tratan de bañar a Ahmed, pero el niño no se deja, no quiere que lo toquen, solo quiere ir con su mamá, no ha querido cenar, sigue llorando y pidiendo a su mamá.
Mustafá se da cuenta de la situación, siente tristeza y mucha impotencia al ver como el niño llora, en su desesperación llama a Dalila por teléfono.
— ¿Quién habla? — contesta un hombre el teléfono.
— ¿Quién es usted?, ¿Dónde está Dalila Salem? — le pregunta Mustafá muy enojado por la extraña voz de un hombre al teléfono.
— ¡Soy la policía!, ¿es usted familiar de la señorita? — le pregunta el policía.
— Si soy familiar de Dalila Salem — asegura Mustafá Alamar.
Henna había estado caminando sin rumbo, er