-No entiendo para que lo contactaste, Kathryn, ya te dijeron de la misma embajada que no está en Salcedo. –
-Lo sé, Paul, pero es el último recurso que me quedaba y lo utilicé. –
-Estas obsesionada con ese tipo. Sigo sin entender para que involucraste a un agente de Inteligencia. Sería mejor que sólo lo perdieras de vista de una buena vez y acabes con este juego tuyo. –
-No es un juego. –
Él lo sabía, sabía que para ella no era un juego. Sabía que iría hasta las últimas consecuencias por hallarlo y eso lo estaba matando. ¿Cómo era posible que este hombre que apareció de la nada de pronto se estuviera llevando a la única mujer que había amado en su vida?
-Sabes bien que logro mis objetivos sin importar el tiempo que me lleve. Entiendo que estés preocupado, pero es algo que debo hacer. Sabes como soy. –
-Me parece que estas exagerando, vas a invertir una buena cantidad para pagarle los favores a este agente. –
-No me interesa eso, Paul. Tengo el dinero para ponerlo a trabajar y es todo