Es un maravilloso avance, considerando el hecho de que nunca me dejó toquetearlo como quise.
Mis manos recorren su abdomen musculoso y siento cómo mis músculos interiores se contraen al llegar a su V marcada, al tiempo que él se estremece.
Caleb jadea más fuerte y yo juego con la cinturilla del pantalón de su disfraz.
Puedo ver que su amigo está bastante alegre.
No soy tonta; el bulto en su pantalón es grande y comienzo a asustarme.
¡Tengo que verlo antes de seguir!
¡Nunca he hecho esto!
¿Y si duele demasiado?
—Espera…—pide y yo lo miro sin entender. —No me quites el pantalón. —su voz suena preocupada.
Lo ignoro y sigo luchando con la cinturilla.
— ¡No!—exclama alejando mis manos.
— ¡Quiero ver!—exclamo en respuesta, sinti&ea