A las diez llegó el primero, dueño de una empresa de cosméticos
-Buen día señor Alfonso Taylor, un gusto en conocerlo, mi nombre es Katherine Smith-
-Un gusto, he escuchado buenas cosas de usted-
El señor Taylor era un hombre de unos 40 años, empresario emergente que tenía 5 sucursales en distintas ciudades de la metrópoli y una empresa que fabricaba su propia línea de maquillaje.
-Bueno señor Taylor he revisado su cuenta bancaria y su empresa tiene muy buenos ingresos, me alegro de que su negocio de los cosméticos vaya bien- dijo Kate
-Sí la verdad es que me esfuerzo mucho por lograr productos de calidad-
-Hoy en día aparte de la calidad, un buen marketing es importante, estuve mirando otros productos similares a los suyos y con menos ingredientes naturales tienen mejor publicidad y por ende venden más- le dijo Kate
-Si, bueno mi fuerte no es la publicidad, pero mis productos son los mejores-
-No me cabe duda, pero si usted invierte en publicidad podría hacer que todos pensaran lo mi