Mi encierro

—Su esposo nos dio órdenes de cuidarla—anunció la mujer mayor; que encabezaba a las otras. Emma asintió y accedió a comer.

Las mujeres más jóvenes le ayudaron a bañarse y vestirse con un camisón de seda color vainilla; asegurando que acentuaba sus rasgos. Su esposo no tardó en llegar; las mujeres salieron para darles privacidad. Blackthorne entró al baño y Emma aprovecho para meterse a la cama y cubrirse con las sabanas; dejando solo su rostro al descubierto. Se sentía desnuda con esa prenda de vestir tan ligera.

Blackthorne salió con una toalla azul atada a su cintura; dejando ver unos abdominales tan bien trabajados, Emma nunca había visto un hombre tan atractivo en su vida; ahora lo tenía a él, tan cerca, semidesnudo. Su esposo era atractivo a más no poder, eso era innegable, pero él no la quería y eso la entristecía, ella nunca sería su amada, solo era una esposa de mentiras, cuando el contrato terminara la haría a un lado y seguiría con su vida. Se acercó hasta la cama; provocand
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