Jean conduce una mano hasta el sexo de Zoé, la chica da un respingo al sentir que invadían los pliegues de su vagina.
—¡Jean! No, detente. Pero sus palabras sonaron a gemidos que una petición.
—No, preciosa. Me pienso comer tu coño.
Y dicha esas últimas palabras, el rubio rápidamente llego hasta la zona v de su cuerpo. Abrió las piernas de Zoé atacando directamente su vagina. Oyéndola gemir con más fuerza mientras arqueaba más su cuerpo en dirección a la boca de Jean.
—¡Ahhhh! Por dios, si paras te juro que te ahorco. Le grito aferrándose a la almohada.
El francés se comía su coño con afán, aferrándose a las nalgas de está dejando la visible marca roja de sus manos. Jean sintió como el cuerpo de su esposa se tensaba, sus piernas se