Kesha
— Estoy bien, Andrés — suspiro cansada, ya es la quinta vez que se lo digo.
— Te creo, pero estaré mañana allá, así te ayudo a instalarte y me aseguro de que los dos estén realmente bien — él se ha convertido en alguien importante en mi vida, un buen amigo.
— Te dejo, voy a darle de comer a Luke.
— Nos vemos mañana.
Cuelgo y rápidamente me dirijo a la segunda planta, no se si Luther tenga experiencia con niños, pero mi bebe puede ser inquieto cuando se lo propone y más cuando es momento del baño.
Llego a un pasillo donde hay cuatro puertas, pero una de esta está abierta, entro a la habitación, se nota que es la de Luther por la masculinidad que desprende, también que su olor