Alicia.
El bartender voltea y me fulmina con la mirada yo le pongo una sonrisa incomoda.
- Alicia no sé cuánto dinero le habrás dado al portero pero sal de aquí, eres menor de edad y no te puedo servir alcohol.
Me inclino sobre la barra y hago la mejor carita de perro regañado qué puedo.
-Vamos Hugo no quiero alcohol solo quiero hablar, no sé si te has enterado de que Vanesa se fue.
Bajo la mirada y miro mis manos en el mostrador el dan un suspiro.
-Alicia sé que se fue, cómo estás.
-Cómo me miró.
-La verdad te miras de la chingada.
-Pues me siento peor.
Se frotar la nuca y se saca unas llaves de su chaleco.
-Ten.
-Qué es esto.
-Son las llaves de mi apartamento, sal por la parte de atrás sube por las escaleras y espérame, ahí podremos hablar en un momento empezar mi hora de descanso.
-Gracias.
Las tomo y bajo de la silla me dirijo a la salida, en el callejón veo la