York tomó a Estelle directamente y la llevó a la oficina del departamento legal, diciéndole a los demás: "¡Sujétenla!"

El personal del departamento legal se apresuró y agarró los brazos de Estelle, dejándola inmovilizada.

"Estelle, no me culpes", dijo York en voz fría y con una mirada feroz mientras ponía un documento sobre el escritorio frente a ella. "Voy a pedirle a tu madre que firme este acuerdo sobre el cambio de persona legal. Si no lo firma, no te dejaré ir hoy."

'¡Eres un hombre ingrato, York!' pensó Estelle.

A pesar de los esfuerzos de Estelle por liberarse, seguía restringida y sin poder moverse. Después de recobrar la compostura, una idea se formó en la mente de Estelle y una sutil sonrisa apareció en sus labios.

Al instante siguiente, adoptó una expresión lastimera, como si estuviera al borde de las lágrimas. "Tío York, mi madre ha recuperado su salud recientemente. Si la encarcelaran, tendría consecuencias devastadoras... Tío York, ¡mi madre es tu propia hermana!"

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