Penélope

Cada día por meses, no fue fácil no voy a mentir, no era lindo ver como Siena se movía molesta cada que pinchaba mi vientre. Pero si ustedes me preguntan ¿Lo volvería a hacer? Mil veces, si con eso tengo la felicidad que me embarga ahora.

— ¡Es perfecta! — dice Dem mirando a Siena dormir. — ¡Deberíamos dormir antes que se despierte! — me mira y sigo procesando que sea tan hermoso, tan dedicado a nosotras, tan compañero y que es el Demián del que siempre estuve enamorada.

Sería una mentirosa si digo que cuando fui a su habitación esa noche de borrachera fue porque no me gustaba, lo elegí a él porque siempre me gusto, siempre estuve muy enamorada de él, pero de eso a esto, un salto inmenso que aún hoy con una bebé de 2 semanas no caigo.

— ¡Bonita! — Pestañeo y lo miro — Vamos a dormir un rato antes que se despierte y nos vuelva locos otros vez. — asiento aún distraída.

Lo veo acercarse a la cama y abrirla para nosotros, como acomoda las almohadas y me declaro perdidamente