—Gracias amor, lo último que quiero es que regreses a tu pasado por mis fetiches de sadomasoquismo —confiesa Ascher.

—Yo ya lo supere, no tengo porque compararte con esos tipos, ¿cómo hago para que lo superes tu? Deja de temer mi amor —pidió Holly acariciando su rostro.

—Te amo. —Suspira Ascher y le planta un beso en sus labios.

—Vayamos a la piscina. —Le sonríe—. Con nuestra hija.

—Debo buscarte algo para tapar esas marcas que te deje en las nalgas. —Sujeta su trasero y la aprieta hacia él.

—¿Y en mi cuello? —Lo alza para que pueda verlo.

—No soy amante a las marcas de ahí, considero que se ven horribles, así que eso está más que controlado, pero tú grandote y delicioso culo, no pude evitarlo nena. —Besa su cuello dándole a entender que ese es su parte muy sagrad