°Narra Morelia Dalas°
Me muevo de un lado, y luego me giro al otro. Esta cama no se parece en nada a la mía. Es más suave de lo normal y se siente completamente extensa.
Paso mi lengua por mis labios secos y el sabor y olor a alcohol enloquece mi cabeza.
—Ah... —suspiro extendiendo mis brazos e instintivamente me cubro porque siento un poco de aire en mis piernas. Esto se siente extraño, siempre suelo dormir con pijamas largas y no comprendo esta situación.
Pestañeo un poco con mi extrañeza y el estruendoso timbre, por la sensibilidad de mi estado, retumba mis oídos como fuertes campanas.
—Ah... no puede ser. —Me tapo los oídos y lo escucho por segunda vez.
En primer lugar ese no es el sonido de mi habitación, ¿entonces qué sucede?