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Mi Mejor Canción

Mi Mejor Canción ES

Suspenso
Flor M. Urdaneta  Completo
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55Capítulos
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Resumen
Índice

Sinopsis

AmorRomanceDrama

Natalie, una mujer insegura y vulnerable, y Peter, un cantante de rock, quien sufre las consecuencias de una terrible pérdida, se conocen en el peor momento de sus vidas. Ella tiene un pasado que no puede recordar. él, uno que quisiera cambiar. Pronto descubren el amor, y con ello, la cura para sus heridas. pero los secretos que ambos ocultan amenaza con separarlos. ¿Qué tan fuerte es su amor? ¿Podrá superar la verdad, cuando sea revelada?

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Último capítulo

  • Agradecimientos

    Sin Dios nada, con él todo. Él me da la fuerza, la inspiración, me dio la vida y la imaginación.En segundo lugar, a mis padres, hermanos, esposo e hijo, por apoyarme con todo su amor en cada uno de mis proyectos. Gracias por entender mis ausencias y por ayudarme en el proceso creativo.A mi hermana iris, mi cómplice desde que esta historia nació. Sus aportes y comentarios me impulsan a hacerlo mejor.A mi hermanita Rossi, por enseñarme el mundo de la lectura y lograr que me enamorase de él.A Isabel Sierra, por hacer más que leer la historia, por hacerme ver las cosas desde otro punto de vista, por dedicarle su tiempo a Carrie y Peter. Miles de gracias.A Grace Lloper, una excelente escritora que dispuso de su tiempo para ayudarme con la corrección y maquetación del libro. Fue un verdadero honor contar con tu apoyo.A mis lindas y hermosas betas: Iris Urdanet

  • Extra 4: Amar para siempre

    Peter y Carrie recorrieron un camino minado, y varias bombas estallaron en el campo de batalla. Pese a ello, su amor nunca se apagó, la llama seguía encendida, solo requirió un poco de trabajo avivar el fuego.Peter vio en la pérdida de memoria de su soñadora una oportunidad. Le hablaría de su pasado, sí, le contaría quién era Leo, Andrew, Gerard, Pattie y Scott, pero solo lo necesario. Los tres primeros estaban en prisión, pagando su condena, Pattie fue asesinada, pero no por Leo como Carrie asumió al inicio, fue Scott. Él quería heredar los bienes de su difunta esposa y aprovechó la oportunidad, por eso reveló la verdad de Donald Geller, para tener un móvil. Pero, como era de esperarse, la policía lo descubrió y está cumpliendo su condena.Henry al fin pudo recuperar a su sobrina, quien era hija de su difunto hermano Donald Geller, tras

  • Extra 3: El primero

    Los ángelesLlegué del supermercado con una nueva provisión de pañales, toallas húmedas y leche de fórmula. Rosie, con apenas cuatro meses, era una consumidora compulsiva.Cambié los conciertos y los viajes en autobús, por horas de insomnio con mi pequeña glotona… y lo hice con todo el gusto. Amaba cada minuto a su lado, no me importaba la hora que fuese.Entré a la habitación de Carrie y me encontré con una hermosa escena, ella dormida con Rosie en su pecho. Verlas me aceleraba los latidos y me inspiraba a escribir canciones, letras que solo hablaban de amor. Ellas eran la mejor composición que mi corazón podía cantar.Me acerqué a mi soñadora y le acaricié la mejilla con suavidad. Carrie no tardó en despertarse, y al verme, sonrió con esa naturalidad e inocencia que solo ella podía trasmi

  • Extra 2: Una parte de él

    CARRIEAtrás había quedado el horror que viví con Leo todos aquellos años. El FBI ingresó al edificio donde me tenían sometida, arrestó a Leo, a Mario y Anton. Gerard y Andrew nunca estuvieron ahí, creo que fue una trampa para Leo como un castigo.Todo fue planeado. El FBI ya tenía la información y la ubicación de la droga que escondí en un depósito. Solo necesitaban que sirviera de señuelo para atrapar a El Don y desmantelar el cártel.—¿Estás segura de esto? —insistió Hyde.—Es lo mejor para Peter —afirmé. Pero mi corazón estaba tan destrozado que me costaba mantenerme en pie.Todo tuvo sentido cuando recordé el accidente. Yo vi a Peter gritando, lo vi buscando a su hija. Vi a Kaili a un lado de la carretera, inmóvil. Yo causé todo aquello. ¡Yo le qu

  • Extra 1: La primera vez que te perdí

    No podía dormir sabiendo que Carrie corría peligro, que ese degenerado quería, no solo saciar sus deseos carnales con ella, sino torturarla hasta que recuperara sus recuerdos, sin reparar en el daño físico y mental que le estaba causando.Yo solo deseaba cuidarla, cobijarla en mis brazos y hacerla sentir segura. Anhelaba besarla con devoción, acariciarla con ternura… cantarle canciones de amor al oído.Necesitaba a mi musa, la necesitaba tanto que mi vida se volvía más oscura con cada segundo que transcurría sin ella.Ella era mi luz.Ella le dio sentido a mi miserable vida.Ella era todo para mí.¿Cómo haré para recuperarla? Con Henry convaleciente, y con mi maldita ceguera, no había mucho que pudiera hacer. No confiaba en nadie más que en Henry y, hasta unos días atrás, en Gerard. ¿Y l

  • Capítulo 45: Epílogo

    17 Años después…—Yo quiero una boda así, sencilla y hermosa —dijo Rosie mientras miraba el álbum con las fotografías de nuestra boda.—Sí, en unos… veinte años más o menos—interpuso Peter.Rosie giró los ojos con disgusto. Su padre era demasiado celoso, tanto que, a sus diecisiete años, no había traído ni un pretendiente a casa. Ni decir de amigos, eso era tabú para Peter Keanton.—Cuéntame de nuevo. ¿Cómo hiciste para que mamá se enamorara de ti por segunda vez?Nuestra hija era muy inteligente, sabía cómo desviar la atención de los temas escabrosos, como en el caso de su futuro con algún chico. También era una cantante talentosa, eso lo heredó de Peter. A mí que ni me digan, porque desafino más que un gallo mañanero.

  • Capítulo 44: Volver a amar

    Chris se encargó de hablar con Hyde mientras yo esperaba noticias de Carrie. La contusión requirió una intervención quirúrgica, tenía hemorragia intracraneal.Mi cerebro trabajaba en distintas direcciones. Pensaba en Rosie, quería saber todo de ella, cómo era, cuántos meses tenía, quién la cuidaba, ¿estaría llorando por su mamá? ¡Dios! Estaba tan angustiado que no podía ni respirar con normalidad.También pensaba en Carrie y en lo que me había dicho. La sola idea de imaginarla angustiada, pensando que había causado la muerte de Kaili, me hacía doler el corazón.¿Quién le metió esa idea y por qué? ¡Fue Leo!, concluí sin mucho esfuerzo, la manipuló para que se alejara de mí. Sabía que eso la destrozaría. ¡Maldito imbécil!

  • Capítulo 43: Mi mejor canción

    —Hyde. Salió en las noticias. ¿Lo viste? Necesito que hables con tu contacto, necesito saber dónde está Carrie.—Peter... —pronunció con la voz cansada—. Ella no va a volver. Ella dijo que…—¡Hablaste con ella! ¿Cuándo? ¿Qué te dijo?—Soy su abogado, Peter.—¡Maldito imbécil! ¿Por qué carajos nunca me lo dijiste? ¿Dónde está? —le exigí.¿Cómo pudo ocultarme su paradero? Él sabe que la estoy buscando, que es mi único propósito en la vida.Todos me miraban consternados. No tenían idea de lo mucho que deseaba traspasar el teléfono y matar a golpes a Liam Hyde.—Escucha, Peter. Sé cuánto deseas verla, pero ella me dijo que no volvería jamás porque nunca perdonarías

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55 chapters
Prólogo
Mi Mejor Canción /Flor M. Urdaneta
—Natalie­ —dijo una voz suave, melancólica… tan lejana como un murmullo—. Natalie —pronunció de nuevo, ahora más cerca.Traté de abrir los ojos, pero fracasé. Mis párpados se sentían como dos compuertas de titanio. El cuerpo me pesaba igual, se había transformado en una prisión de la que no podía escapar y estaba desesperada por hacerlo.—Natalie, mi amor —insistió la voz.¿Quién es Natalie? ¿Por qué la llama?Mi mente vagaba por calles intrincadas y oscuras, donde no había más que neblina y silencio, un silencio tan devastador que crispaba cada parte de mi ser. Pero, en medio de las tinieblas, vi un haz de luz que comenzaba a consumirse.Corrí en esa dirección.Luché contra la oscuridad que me quería arrastrar de regreso a aquel abismo.
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Capítulo1: Un Nuevo Comienzo
Mi Mejor Canción /Flor M. Urdaneta
Diez minutos o tal vez más, mirando mi reflejo en un espejo, tratando de convencerme de que esa rubia de ojos grises, labios finos y nariz perfilada era yo. Perdía el tiempo, por mucho que lo intentase, seguía siendo una desconocida. Nada llegaba a mi cabeza, ni siquiera el destello de un recuerdo.¿Quién es Natalie? ¿Quién soy yo? Dos preguntas que me había hecho desde que desperté sin memoria cuatro meses atrás, sin un motivo neurológico que lo justificara. Según los médicos, yo era la única que lo podía controlar. ¡Ja! ¿Controlar? No recordaba ni siquiera mi nombre. ¿Qué carajo podía controlar?—¡Leo está aquí!—anunció Pattie desde la planta baja.Le dije con un grito que enseguida bajaba. Me recogí mi cabello liso en una cola de caballo, tom&e
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Capítulo 2: No soy ella
Mi Mejor Canción /Flor M. Urdaneta
Cuando mi turno terminó en el café, salí de ahí y me subí a mi bicicleta para llegar a la escuela pública de arte, donde todos los jueves daba clase de pintura a niños de entre nueve y trece años.Pattie no entendía cómo podía pintar de esa forma porque, según ella, nunca había tomado un pincel y mucho menos sabía dibujar. Mi antiguo yo era gimnasta, pertenecía a la Selección Nacional de Canadá y hasta había participado en los Juegos Olímpicos. ¡Polos opuestos en un mismo cuerpo!Al llegar al aula de clases, saludé a mis alumnos –siete niños y tres niñas–, y les pedí que se sentaran delante de su caballete para comenzar a trabajar. Ese día les enseñaría el arte abstracto.Comenzaron a trabajar luego de darles una breve explicación de lo que har&iacut
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Capítulo 3: Comenzar de cero
Mi Mejor Canción /Flor M. Urdaneta
Llegué a Bernie´s temprano, esa mañana. Habían pasado cuatro días desde que dejé a Leo en la sala, con el corazón roto. El mismo número de días desde que vi a el hombre misterioso en el parque.Saludé a Ming desde la barra, estaba sentada en una de las mesas, estudiando para el examen que haría en la tarde. Podía tomarse ese tiempo porque aún era temprano. Yo, por mi parte, decidí poner en marcha la cafetera y limpiar la barra, aunque se veía reluciente. Me sentía un poco ansiosa, la verdad. Esperaba cada día que él regresara. No sé ni para qué, era un grosero… un arrogante sin educación.Veinte minutos después, las puertas de Bernie´s se abrieron al público. El lugar estaba ambientado al estilo retro. Se servía café, desayunos, y, además, ofrecí
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Capítulo 4: Pánico
Mi Mejor Canción /Flor M. Urdaneta
Di un largo bostezo, mientras esperaba que cambiaran el letrero en Bernie´s de cerrado a abierto. La noche anterior, me dormí tarde investigando cómo tratar a los invidentes. Según San Google, las personas invidentes dependen de los otros sentidos para compensar de alguna forma la carencia de las funciones visuales.Decidí dejar de investigar cuando me pregunté: ¿Para qué quiero saber cómo tratar a un invidente? Era una locura, puesto que Peter quizás nunca más volvería. Ya habían pasado varios días desde mi huida. ¿Y qué si volvía? Nada iba a pasar. Yo era una amnésica y él un discapacitado, una combinación catastrófica.Mi turno en el café no fue nada fácil, Ming estaba en la universidad y me tocó atender todas las mesas. Aunque me llené los bolsillos con las propinas.<
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Capítulo 5: Sentirte
Mi Mejor Canción /Flor M. Urdaneta
Su aroma a vainilla y almendras llenó el ambiente cuando entró a mi Hummer. Podía escuchar su respiración agitada, aquellas pequeñas exhalaciones que se escapaban de su boca. ¡No podía creer que estuviera ahí! Porque, desde que me habló en el café, me había preguntado cómo serían sus labios, deseé tocarla entonces, y lo hacía aún más al tenerla a centímetros de mí.Dejé de odiar a Henry por primera vez en años, porque solo él pudo decirle que yo estaba ahí. No era habitual en él hacer cosas como esas por mí, pero no cavilé mucho en sus intenciones, disfrutaría el tiempo que durara enarbolada la bandera blanca de la paz.—Hola, Carrie —pronuncié débilmente.—Hola, Peter —respondió con aquella voz sensual y ronca que se form&o
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Capítulo 6: Garantías
Mi Mejor Canción /Flor M. Urdaneta
Las sensaciones que se despertaron en mí mientras tocaba a Peter me estaban llevando por un camino peligroso. El miedo me hizo su presa, y caí.¿Por qué aparté las manos de su pecho e inventé una estúpida excusa? Porque mi cabeza había trazado un mapa que no se detenía en su pecho, llegaba más al sur, donde su hombría se alzaba. ¿De dónde salió aquel pensamiento? ¿De dónde fluyó aquel deseo categórico de desnudarlo y llenar su cuerpo con besos y caricias? Quizás de los recuerdos reprimidos de una Natalie carnal y apasionada.—No te vayas, por favor —pidió.Sus palabras no me afectaron tanto como aquel contacto de su mano sobre mi piel. En mi mente no solo lo tocaba, lo desnudaba y le decía lo mucho que lo deseaba, lo mucho que necesitaba que me hiciera el amor.—¿Por qu
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Capítulo 7: Siénteme
Mi Mejor Canción /Flor M. Urdaneta
Dos horas después de aquella despedida abrupta, estaba sentada en la sala, viendo un programa de bricolaje y decoración de interiores en el televisor, mientras comía sushi. Ming había influenciado mucho en mi dieta.Alterné la mirada miles de veces entre la pantalla del televisor y la pintura que reposaba contra la pared de la sala, esa que tenía garabateado el número de teléfono y la dirección de Peter. La idea de hacer uso de mi garantía pululaba en mi cabeza. ¿Y que si solo teníamos el presente? No me importaba. Deseaba sus manos acariciando mi piel desnuda. Deseaba probar su boca con la mía. Deseaba sentirlo en cada parte de mí. Aquellos pensamientos lujuriosos me perturbaron, no sabía de dónde venían, pero sí quién los provocaba y eso era lo que importaba.Peter me advirtió que no tendríamos futuro y que su pasado era u
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Capítulo 8: No puedo hacerlo
Mi Mejor Canción /Flor M. Urdaneta
Me quedé hecha de piedra cuando Peter me pidió que me acercara para tocarme. Fui una cobarde, maté al tigre y le tuve miedo al cuero. Es que no es lo mismo decirlo que hacerlo.—Carrie, ¿sigues ahí? —inquirió con preocupación.—Yo… eh… Sí, es que… —balbuceé. Peter se acercó lentamente, encontrándome a mitad de camino.—¿Dónde quieres que empiece? —indagó, acariciando mis hombros con suavidad. La pregunta de Peter fue clara, quería que marcara el inicio, lo que conllevaría a un fin. ¿Qué se suponía que le iba a decir? No tenía idea de cómo dar un beso, menos podría indicarle dónde quería que iniciara.—Eres el experto. Tú decide —insté sin titubear, aunque en mi interior estaba encorvada en posición fet
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Capítulo 9: El dedo en la llaga
Mi Mejor Canción /Flor M. Urdaneta
¿Qué clase de mujer soy? ¿Cómo puedo llorar, lamentando no haber aceptado una propuesta que me dejaba en tal mal lugar? La respuesta estaba en mis narices, porque sabía que si aceptaba una relación así, me perdería, que jamás podría escapar de ella, que no podría desligar mis deseos de mis sentimientos. Porque era innegable, sentía cosas por Peter más allá del sexo. Quería más que eso y él no podía dármelo. Sabía que tomé la decisión correcta, pero eso no significaba que me aliviara. No lo hacía ni un poco.—Estás rara, Nat. Dímelo.—Soy rara, Ming. No recuerdo ni mi nombre.—Hay algo más. Los ojos te brillan de una forma extraña, estás distante, has tomado mal tres órdenes. ¿Tiene que ver con Peter?
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