—Así no tendrás que depender de nadie, —añadió.
—¿En serio? —Los ojos de Diego se iluminaron.
—¡Por supuesto! Siempre piensas en mí, yo también debo pensar en ti. Espera mi buena noticia.
Iván había estado en el hospital durante siete días y finalmente recibió el alta. Ximena lo llevó de vuelta a la