—Quiero hacer una prueba de paternidad —dijo Ximena sin rodeos.
La mirada de Lisandro se tornó más intensa y una sonrisa ambigua se dibujó en su rostro: —¡Está bien!
Ximena lo miró de reojo: —¿También tú albergas sospechas?
Lisandro alzó una ceja: —¿Qué sospechas? No tengo ninguna sospecha.
—Siendo