Los días pasaban de forma eterna y algo tortuosa para ella, mientras maldecía a esa m*****a chiquilla a cada minuto que pasaba, ya que gracias a sus informantes descubrió que “esa” vivía en casa de Ángelo y peor… el maldito niño la llamaba “mamá”.
- ¡LA QUIERO MUERTA! – grito mientras arrugaba el sobre que le habían entregado donde se miraban las fotos de ellos, donde parecían una verdadera familia.
- Ya cálmate y deja de gritar – se quejó Alfredo, quien con sus manos tapaba sus oídos y la miraba con el ceño fruncido – siempre es lo mismo contigo, ya hartas.
- TU cállate imbécil y… - dijo furiosa Alexa.
- ¡CALLATE! – le ordeno molesto Alfredo, tomándola de sus cabellos para buscar someterla.
- ¡Idiota, me lastimas! – se quejo ella sujetando la mano del castaño para tratar de hacer que la suelte.
- Tú estás lastimando mis tímpanos con tus gritos – menciono molesto soltándola a la vez que la aventándola al suelo.
- Ash, idiota eso duele – dijo ella masajeando su cabeza.
- Ya deja