Callan
Luego del episodio desagradable le sugerí a Sylvia que nos retiráramos, ella se negó, intento mejorar mi humor.
— Anda Callan, estábamos bien hace unos momentos, mira, los chicos se divierten — paso sus brazos por mi cuello y me atrajo a ella, planto pequeños besos en mi rostro.
— Ellos pueden quedarse — anuncié, ella suspiró y me soltó.
— No puede ser, ¿qué te molesto tanto? — me miro esperando mi respuesta.
— ¿Lo conoces? — meneo la cabeza y rodó los ojos.
— Sí.
— Ya entiendo, por eso te habla con tanta familiaridad — enarqué una ceja.
Por alguna extraña razón Sylvia sonrió de forma pícara, — ¡estás celoso! — expreso, bastante complacida.
Eso hizo que mi pecho reverberará con un gruñido, Sylvia se emocionó — ¡oh, Callan!, sabes lo sexy que se escuchan esos sonidos para mí — dijo en el enlace mental, mientras me veía de forma lasciva.
— Si, me pone celoso, la forma en que ese tal Oliver se te acerco y te hablo, sin contar la intención que sus palabras tenían