Frederick
Tardé un segundo en procesar que era lo que estaba haciendo, había salido como un loco de la casa de mi madre para ir a buscar a Leah. Seguramente estaba furiosa conmigo, cuando me viese me insultaría, me echaría a patadas a la calle y con justa razón luego del escándalo que habían montado ese par. Luego de horas de discutir con ellas entendí que no llegaríamos a nada y que lo mejor era irme lo más lejos posible. Sin embargo, aún así necesitaba encontrar a Leah y pedirle perdón, saber que todavía teníamos una oportunidad. Estacioné mi coche sin ningún cuidado frente al departamento en donde vivía y bajé a toda prisa. Aporreé la puerta con el puño cerrado. —¡Leah! ¡Soy yo, Frederick! ¡Ábreme por favor! —Grité desesperadamente sin