Ustedes se preguntarán por qué rayos, durante toda la redacción de la primera temporada de The Boyz in the Band: la serie (título provisional, creo), nunca se me ocurrió entrevistar a ninguna fan. Pues, bien, tal como han sido narrados los acontecimientos, inferirán la obviedad de la respuesta: porque The Boyz no tenía, por entonces, admiradora alguna.
Y es que, afrontémoslo: los chicos carecían de gracia y el talento de algunos de ellos todavía necesitaba una buena dosis de pulimento (y, con respecto a los demás, ni siquiera lo tenían. Así, a secas). Además, no eran ni la mitad de agraciados que llegaron a ser durante el momento cúspide de su carrera; y todo esto, sumado a su extrema juventud, no les hizo ni medio flaco favor a la hora de conseguir la popularidad entre una audiencia bastante crecidita y más bien heterogéna (por no decir amo