—¿Tienes hambre verdad? —Le dice Rudulfo dirigiendo su mirada al piso donde está la loba.

—Creo que, si anda hambre, que cosa mas linda, peluda, quiero besarla, esa una loba tranquila —responde Casandra.

—No me hagas reír, no hagas eso, vas a asustarla si la besas, no creo que sea correcto ahora —responde Rudulfo.

—Ok, entonces la voy a acariciar y le daré de comer en la trompa —le dice Casandra.

Rudulfo saca un pescado para la loba, y Casandra solo le observa.

—No sabía que teníamos comida de este tipo, espera ¿qué hace una ave congelada en tu refrigeradora? —Le pregunta.

—Tengo de todo, he salvado muchos lobos por esta zona, siempre estoy preparada para lo que sea —le dice.

—Interesante —le dice Cas