[MASSIMILIANO]
Aún sigue muy inquieta por el hecho de no poder haber visto a nuestra pequeña, pero cuando la puerta de la habitación se abre y entra el obstetra junto con el ecógrafo; su cara cambia completamente. Puedo notar como sus ojos se han iluminado, y así con ese brillo se clavan en mí. —Aun no me lo creo.— Digo nervioso y rio de la situación.
No entiendo porque me rio... hace un instante creí haberlas perdido a las dos, y ahora estamos por conocer al nuevo o nueva integrante de la familia.
Respiro profundo e intento calmarme, pero dudo que pueda hacerlo.
—Buenas tardes, señorita Rossi, soy el doctor Sánchez.— Le dice el doctor mientras se acerca a ella y luego voltea a verme.
Intento no reír de su cara porque es evidente que no esperaba que fuese yo. —Señor Draghi— Dice muy bajito.
—Un gusto doctor.&mda