Capítulo 54. Solo nos quedan las lecciones
Los votos fueron sencillos, los dichos un millón de veces, el padre de Anabella, Emiliano le dio un beso en la mejilla y le dio un apretón de mano a John.
Margot insistió en que se quedaran a dormir y Anabella se retiró con Lizzie arguyendo el cansancio de la niña, pero antes de poder escapar, Margot y Henry le mostraron las habitaciones que les darían y Teresa se quedó con Lizzie. Anabella está en una habitación con un camisón de encaje blanco que le queda un poco grande, pero es nuevo y hasta la etiqueta tenía.
Viviana está con ella soltando el recogido de su cabello, Anabella se ve en el espejo y siente tristeza por todo lo que John había comenzado a significar para ella.
—Anabella ya estás en esto, pero este matrimonio no puede absorberte y quitarte tu esencia como cuando estuviste casada con Mark.
—Viviana, lo que quitaba mi esencia y espíritu no era Mark, era el agotamiento, muy seguido llegué a quedarme dormida de pie y el café me creó gastritis.
—Y Mark que es