Amber
No podía mover ni el dedo meñique del pie, así de adolorida me encontraba de tanto ejercicio y esfuerzo, había tomado una ducha lista para dormir, no pretendía salir a la fogata que habían armado, los chicos habían insistido en que fuera, pero no tenía ganas de asistir. Salgo del baño en pijama para ir directo a mi camarote, en estos momentos odio no haber escogido la cama de abajo, ahora debía subir por las escaleras que tenía el camarote para poder acostarme. Bufo resignada y dispuesta hacer subirlas. Con tan solo colocar el primer pie en la baranda un dolor inmenso recorre por todo mi muslo derecho.
- ¡Diablos! - exclamó al no poder colocar bien el pie en el suelo.
- Debe