Prólogo…

¿Dolor?

Creo que esa palabra no define lo que siento…

En un abrir y cerrar de ojos, perdí mi vida perfecta, mi matrimonio perfecto y sobre todo a mi esposo perfecto…

Cometí un error, está bien lo reconozco…no debí engañar a mi esposo, más aún con el chupasangre que me rechazó…

Verlo de pie, mirándome con esa expresión…

Acaso ¿esas son lágrimas? ¿los vampiros pueden llorar?

Ahora que lo recuerdo, mi padre me dijo “los vampiros lloran una o quizás dos veces en una eternidad”

Y ahora estoy confirmando aquellas palabras…mi esposo, mi querido Cédric está llorando…

Además ¿Por qué en ese día? ¿Por qué cuando le dije de nuestro hijo? Felipe, tú me rechazaste ¿Por qué arruinaste mi matrimonio?