Nelsy
Al fin se decidió a salir. Estaba consciente de que no podría quedarse ahí por siempre y al final tenía que enfrentarlo. Hace un unos meses le había dejado claro que no permitiría seguir usando su fundación para meter dinero mal habido, pero entonces, le sugirió otra cosa: Acababa de asociarse con otro mafioso de su calaña y estaban abriendo nuevos clubs de lujo y necesitaba mujeres y él sabía que con ella llegaban muchas. Por necesidad, ella les podría ofrecer un empleo y entonces Ernest entraría en acción.
El solo pensar en ser considerada una traficante de blancas le provocaba náuseas e iba a evitar involucrarse en ese tema tan escabroso. Primero fue lavado de dinero, ahora tráfico de personas…¿Qué más pediría en el futuro?
Tomó valor y decidió salir. A fin de cuentas, no podría permanecer encerrada toda la noche. Se alisó el vestido y corrigió su maquillaje. Era el momento.
—Buenas noches señor O´Brien. ¡Qué gusto encontrarla aquí? —El odioso hombre le sonreía de manera cíni