Ethan
—¿Qué quieres? —le dije sin mirar a Angelica, ya que era la cuarta vez en la mañana que entraba a mi oficina sin ser llamada.
—Necesitamos hablar, no puedes ignorarme siempre —me dijo caminando hacia mí, vi como lentamente se quitaba la camisa y la frené a tiempo.
—Por favor no sigas, no ves que solo te haces daño a ti —le dije apartándola de mi lado y ella volvió a acercarse.
—Ethan porque me alejas, podríamos pasarla tan bien juntos —me tomó por los hombres y quiso besarme, pero le dije lo peor que alguien alguna vez le dijo.
—En el pasado solo fuimos amantes, nunca serás mujer para mí, no mereces serlo, solo Rose ocupara ese lugar siempre —al oírme se levantó rápido y se empezó a prenderse la camisa enojada y me dijo.
—Mereces todo lo que estás pasando, sabes que creo que ella no se murió, se fue y te dejo, ojalá así sea y en tu cara te refriegue su vida feliz, siempre supe que Rose era una estúpida cornuda, pero hoy sé que fue más inteligente que cualquier mujer, ojalá no vu