-Siempre queriendo darme ordenes- Aventó la copa de vino hacia Lyaus fallando notoriamente por mucho, la copa rodo y quedo en los pies de Selini - ¡Darme órdenes a mí! ¡en mi castillo!...- grito y se detuvo, pareció calmarse un momento – Déjenos solos- Movió la mano indicando que se retiraran las mujeres y sus guardias.
-Ya está, apúrate y dime a que viniste, para que te retires lo más pronto posible-
-Tengo una pista sobre donde puede estar la última bruja- Lyaus fue directo al grano.
-Eso no es nada nuevo, yo también sé cosas sobre la bruja-
Lyaus se tragó la expresión de sorpresa, para que no lo notara su hermano, solo continuaron mirándose fijamente, esperando la reacción del otro.
Miriar, se acercó a Lyaus y le susurro en el oído – El general Durin-
Eso molesto a Loup, que gruño -¡Sin murmurar!, perra marimacha-
-Donde está mi general Durin Mcilfort, el vino a ti para buscar ayuda-
-¡Ah! Si, tu general, no me gusto el tono de su solicitud y lo mande a encerrar a la mazmorra-
Lyau