PUNTO DE VISTA DE ASHANTI

Con el tiempo, la gente de alrededor deja de mirarme y reanuda sus actividades, así que decido quedarme un rato más. Estoy en la sección del vestíbulo donde se han exhibido varias prendas sobre maniquíes, en estanterías y en ganchos, y hay gente, en su mayoría mujeres en cada pasillo, mirando uno o dos trajes. No puedo evitar sonreír con orgullo cada vez que alguien elogia el diseño de un vestido, una tela o la combinación de colores. Ha costado mucho tiempo, esfuerzo y trabajo llegar hasta aquí.

Mientras camino por el pasillo, la silueta de un vestido rojo brillante, entre otros vestidos de diseños diferentes, capta mi atención. Con las cejas arqueadas, apresuro mis pasos hacia el vestido para echarle un vistazo. Cuando llego, estiro la mano hacia la fila de ganchos de la que cuelga el vestido y lo saco con cuidado. Sostengo el vestido en alto, admirándolo, cuando, de repente, una mano aparece por detrás de mí de la nada y me lo arrebata. Rápidamente, giro