—Si está muy agradecida, entonces hágame caso y regrese a casa. Me encargaré de lo demás por usted.
—Está bien —le mostró otra sonrisa de gratitud—. Por favor, espere un momento aquí, iré a recoger mis cosas.
—Claro.
Clodan aguardó fuera del bar con sus dos hombres, esperando a que ella regresara. ¿