Entré en la cocina, tratando de salir de mi cabeza.
De repente, un fuerte golpe golpeó la puerta y jadeé, dejando caer el cuenco.
Mi pensamiento inmediato fue: "Él está aquí. Está aquí por Annika". Mi corazón se aceleró, la adrenalina se disparó en todos los pistones. Luchar o huir, pero sabía que l