Abello se encontraba en casa, las últimas semanas en el hospital fueron intensas, por fin podía descansar unos momentos, su esposa se encontraba con él, ella estaba en su despacho que tenía en su misma casa. El médico aun en casa el trabajo lo seguía, bien sabía que su profesión era estar al cien para sus pacientes y los familiares de este.
Ven a comer, querido- hablo la esposa de Abello