Petra tomó uno de sus libros y caminó hacia el jardín, en su mano traía un mantel a cuadros, el cual iba a poner en el suelo. Deteniéndose debajo de un gran árbol, Petra colocó la toalla roja a cuadros en el césped y se sentó, donde abrió el libro y rápidamente comenzó a leer.
No muy lejos, en lo alto de la ventana, Bryan observa a la bella mujer de cabello color miel y un hermoso vestido azul floreado, tenis blancos y medias con animal. El mismo queda hipnotizado, viéndola leer tranquilamente. De repente, unas mariposas vuelan hacia Petra, que se echa a reír.
Era imposible que Bryan no sonriera ante esa escena.
— ¿De qué te ríes tanto mirando por la ventana? — preguntó Malcon, el fisioterapeuta.
— No estoy mirando nada. — dice Bryan subrepticiamente.
El hombre se acerca a la ventana y ve a Petra tratando de atrapar una mariposa que volaba a su alrededor.
— Ahora entiendo, es encantadora. — dice haciendo que Bryan frunza el ceño.
— Malcon. — Bryan vuelve a aprender.
— Te está gustando