Sonia se asustó por su intimidante presencia. La mirada de los niños, que no parecía propia de niños pequeños, la puso nerviosa.
Eran los hijos de Odell y Sylvia.
Sylvia no era un gran problema, pero eran los hijos de Odell, el joven amo y la señorita de los Carter. Sonia no podía permitirse ofender a los Carter.
"Mami, ¿estás bien?". Isabel se acercó a Sylvia y la miró con preocupación.
Sylvia le dio una palmadita en la cabeza. "Mami está bien".
Isabel suspiró aliviada. Luego se dirigió a Sonia y le dijo: "Tienes tres segundos para salir de aquí o les diré que te aten y te echen a la calle".
Podría ser una niña pequeña, pero la intimidación en su bonita voz era descarada.
Sylvia se quedó atónita por un momento. De alguna manera vio a Odell en la niña.
Sonia tenía una mirada amarga. La estaba disuadiendo una simple niña de tres años. Y lo que era más importante, la niña de tres años era la hija de Odell a la que no podía permitirse ofender.
Tragó saliva y miró a Sylvi