Paulina llega a la elegante casa, o mejor, a la elegante mansión de Samuel Barmtheley.
_¿Señorita? Bienvenida , el señor Barmtheley la está esperando, sigame por favor _ Le dice uno de los empleados de Samuel.
_ Gracias _ Le contesta ella.
El empleado lleva a Paulina a una enorme sala la cual tenía vista al mar.
_ Ya viene el señor.
Ella asienta.
Un breve tiempo después llega Samuel.
_ Definitivamente mi casa necesitaba la presencia de tan hermosa mujer _ Le dice él _ Entrando por la puerta.
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Estaba sudado, sin camisa, lo que dejaba ver su cuerpo bien fornido.
_ Buenos días, espero no ser inoportuna_ Le responde ella.
_ ¡Claro que no! Al contrario, es un honor tenerte en mi casa, todo un placer, mas bien disculpa mi presentación, me gusta hacer ejercicio por las mañanas_ Dice él _ Luego besa la mano de Paulina.
_ No hay problema_ Responde ella.
_ ¿Qué deseas tomar? o...Mejor, te invito a desayunar.
_ No, no es necesario, no tardaré demasiado, solo quiero saber alg