"Duke, quiero saber la verdad. Por favor, no me mientas. Soy una adulta. Puedo manejar cualquier cosa".

"Lo siento, Addy. Fallé en proteger a nuestra hija, pero ten por seguro que la localicé y pronto podré encontrarla".

Adina frunció los labios: "De acuerdo, tienes que avisarme inmediatamente si hay alguna noticia".

Colgó, miró a Earley y dijo: "¿Enviaste a alguien a secuestrar a mi hija?".

"Me haces sonar como una mala persona. Solo invité a tu hija a pasar un rato en mi casa". Una sonrisa irónica apareció en el rostro de Earley: "Si sigue siendo obediente, no le pasará nada".

Adina apretó los dedos con fuerza al oír lo que decía.

Las palabras de Earley implicaban que si Mel lo desobedecía, podría pasarle algo.

Mel creció sin padre y le diagnosticaron autismo cuando tenía dos años. Vivió en su propio mundo durante muchos años desde entonces.

Si Mel se viera amenazada, ¿se refugiaría de nuevo en su pequeño caparazón?

Pensar en esta posibilidad hizo que a Adina le doliera el c