¡Chap, chap, chap!

El sonido del agua chapoteando provenía del baño.

Adina se acarició el pelo. ¿Acaso no acababa de ducharse? ¿Por qué se estaba duchando de nuevo?

Se dio la vuelta y miró el cristal esmerilado del baño. No había vapor de agua caliente, lo que significaba que se estaba duchando con agua fría.

Era otoño, así que hacía mucho frío. Sin embargo, ¿se estaba duchando con agua fría?

Algo pareció percibir, y Adina bajó la cabeza. Cuando se dio cuenta de que llevaba puesta la camisa del hombre, se rio inconscientemente con resignación.

¿No quería poner a prueba al hombre? Parecía que ya sabía la respuesta.

Prefería darse una ducha fría antes que cruzar el límite.

Eso significaba que estaba empezando a aprender a respetarla.

Adina se abrochó el primer botón de la camisa antes de tirar de la manta y acostarse en la cama.

La situación no era propicia para que hablaran de los niños. Podrían volver a hablar de ello la próxima vez.

En cuanto se acostó en la cama, se quedó