Isolde - Punto de Vista
Seguí el tirón del poder de Sienna más profundo dentro de la casa de la manada. El edificio temblaba por las peleas afuera, pero yo avanzaba con propósito, sin prisa.
Una energía oscura familiar rozó mis sentidos. Ronan también estaba aquí, en algún lugar abajo. El asesino que amaba a una Loba Rubí. Qué poético. Y qué útil podría llegar a ser.
Dobló una esquina y me encontré en una sala amplia donde dos figuras discutían con intensidad. Una brillaba con fuego rubí - Sienna. La otra estaba a medio transformar entre hombre y lobo - Kieran.
No me notaron al principio. Me quedé en la oscuridad, observando.
-Tienes que controlarlo -insistió Sienna, con las manos brillando mientras se acercaba a Kieran-. Concéntrate en mi voz.
El hombre-lobo gruñó, luchando una guerra interna. -No puedo contenerlo mucho más. Los demás me necesitan afuera.
-Si pierdes el control ahora, herirás a todos -a tu manada, a mí, a todos.
Fascinante. La maldición era más fuerte de lo que espera